Levi continúa entonces analizando el fenómeno del «cuerpo sideral» del hombre -«el mediador entre el alma y el organismo material»- y lo utiliza como base de una explicación del fenómeno del hombre-lobo:
Este cuerpo muy frecuentemente permanece despierto mientras el otro duerme, y mediante el pensamiento se transporta a sí mismo a través de todo el espacio que el magnetismo universal le abre. De este modo alarga, sin romperla, la cadena simpatética, que les une al corazón y al cerebro. La forma de nuestro cuerpo sideral es la que corresponde al estado habitual de nuestros pensamientos, y a la larga modifica los rasgos del organismo material.
Levi pasa a sugerir que el hombre-lobo no es otra cosa que el cuerpo sideral de un hombre cuyos instintos salvajes y sanguinarios corresponden a las características de un lobo. Estos hombres, mientras su fantasma anda errante, sueñan que son ni más ni menos que un lobo salvaje.Ciertamente, hoy en día los teósofos creen que durante la Edad Media, cuando las ejecuciones públicas eran corrientes, muchas personas caían moralmente tan bajo, que sus cuerpos astrales -los espíritus humanos que se dice que utilizamos después de la muerte- se unían efectivamente con un animal. Esto explicaría el porqué, si un cuerpo astral se manifestaba en forma de lobo y le herían -pongamos por ejemplo que un cazador le cortara una garra- esta herida aparecería también en el cuerpo físico de la forma humana del hombre-lobo: es decir, una de las manos aparecería gravemente herida o incluso le faltaría totalmente cuando el hombre-lobo volviera a su forma humana.Charles Webster Leadbeater, clérigo anglicano que vivió entre finales del siglo pasado y principios de éste, y que fue una de las principales figuras de la Sociedad Teosófica, defendía con gran entusiasmo la tesis de la duplicación de la herida en su libro The astral plane (El plano astral, 1895):
Al igual que ocurre tan a menudo con la materialización corriente, cualquier herida infligida a este animal se reproduciría en su cuerpo humano-físico debido al extraordinario fenómeno de la repercusión, a pesar de que, después de la muerte de este cuerpo físico, el cuerpo astral (que probablemente continuaría apareciendo en la misma forma) sería menos vulnerable. Sería también menos peligroso, ya que, a menos que encontrara un médium adecuado, sería incapaz de materializarse plenamente.
El fenómeno de la duplicación de la herida a través de la proyección astral es indudablemente una teoría que está ganando considerable terreno entre los actuales pensadores espirituales. Rose Gladden, una de las exorcistas con más experiencia de Gran Bretaña (y famosa por sus curas mediante la clarividencia) está persuadida de que la aplicación diabólica de la proyección astral desempeñó un papel clave en la vida de muchos hombres acusados de ser hombres-lobo. Rose Gladden explica:
Supongamos que yo fuera una persona cruel que disfrutara con las cosas horribles de la vida; bien, cuando yo proyectara mi cuerpo astral fuera de mi cuerpo físico, toda la maldad circundante podría agarrarme, cogerme. Y sería la maldad que se apoderara de mi proyección astral, o de mi «doble», lo que me transformaría en un animal, en un lobo.La atmósfera está siempre llena de fuerzas malignas, y a estas fuerzas malignas les es mucho más fácil existir dentro de un ser humano -digamos dentro de una persona mala- que en un vacío nebuloso.Los hombres-lobo eran -son aún- la manifestación más perversa de la humanidad. Entiendo perfectamente por qué hay tantas narraciones de casos de «duplicación de la herida».
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsyuRfvH3bsECARn234sAuKvlsLQ-ZEllVlXntC4_8glOs6mL-_WuIYuw84jVOzRmYHeEa2zkoAPcgwYqH_MV5or5eANFMmdHRa5msY3sGLNi948zMtU9RChvyttfSqrky9EnciPw1FaQ/s226/LOBO.gif)
Lobo negro...
domingo, 17 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario