LUPINOS

COMO YA SABRAN LOS QUE HAN VISTO MI PERFIL SOY CIENTIFICA ME GUSTA ESTUDIAR LAS SEUDOCEINCIAS AHORA ME INTERESA LA LICANTROPIA ¿LOCURA O METMORFOSIS?
CON ESTA NUEVA INVESTIGACION ME PROPRONGO DESCUBRIR SI EN VERDAD EXISTEN LOS FAMOSOS HOMBRES LOBOS ...
Y BIEN SI HAY ALGUN "LOBO" POR AHI LES INVITO A DEJAR SUS COMENTARIOS SEAN BUENOS O MALOS
ATTE:


Lobo negro...

martes, 19 de febrero de 2008

confesiones de un hombre lobo

Luego, arrestaron a Peter Stubbe tras ser identificado por unas personas a las que había tratado de robar pocos días antes. El hombre, enfrentado con la seguridad del tormento que le hubiese obligado a confesar cualquier cosa, admitió su culpa y proporcionó detalles de algunos de los crímenes.
Stubbe confesó poseer un cinturón mágico que le transformaba en "lobo voraz y devorador, fuerte y poderoso, con ojos grandes y alargados, que brillaban como tizones de carbón por la noche, una boca grande y ancha, con dientes muy afilados y crueles, un cuerpo fornido y garras poderosas".
Los que le acusaban, registraron el valle donde Stubbe dijo que había dejado su cinturón mágico, pero no encontraron nada. Naturalmente jamás existió, como tampoco se transformaba en lobo, ni había pactado con el Diablo... tales ingredientes en las confesiones de los acusados, cuando la hechicería se añadía a la lista de presuntos crímenes, eran la moda de la época.

No obstante esto no impidió a los jueces creer en su confesión. Por el contrario, declararon: "Se puede muy bien suponer que el cinturón ha ido a manos del diablo de quien provino". Y la venganza fue terrible. Le condenaron a tener su cuerpo atado a la rueda, y le aplicaron tenazas al rojo sobre diez puntos distintos de su cuerpo hasta caerle la carne de los huesos; después de esto le rompieron los brazos y piernas con un hacha de madera, para finalmente cortarle el cuello en redondo y, luego, reducir su cuerpo a cenizas.
A pesar del fanatismo y la fantasía de los inquisidores con los delirios del hombre lobo, tampoco se puede destacar que Stubbe cometiese los actos que describe en sus declaraciones, pues en algunos de estos casos, sólo el verdadero culpable de los crímenes podía haber proporcionado con exactitud la descripción de algunas de las mutilaciones en determinadas víctimas.
Lo que sí es cierto, es que el asesino de las dieciséis víctimas tenía atemorizada a toda la región alemana, y el proceso del presunto culpable ganó enorme atención por parte de las gentes del lugar.

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